A veces es curioso lo fácil que es pasar de 0 a 100, de la alegría a la tristeza, de las ganas a la pereza. En cuestión de segundos un día que has empezado con fuerza y ganas se puede venir abajo y ese buen rollo se transforma en unas ganas inmensas de que se acabe el día. Nunca nos acostamos con el mismo estado de ánimo con el que nos hemos levantado, ni creo que aguantemos con el mismo ni durante cinco minutos seguidos. Todo nos influye y afecta, las situaciones se relacionan con nosotros y afectan nuestro día, sea para bien o para mal.
My world, rhymes vicious
Bipolar. Me encanta esa palabra. Bipolaridad. Suena genial, ¿no? Me gusta esa palabra, la combinación de esas letras, y desde hace unas cuantas semanas aún más (ya sabreis el porqué, todo a su tiempo). Me considero bastante bipolar. Tengo la suerte o desgracia de que puedo ser ''muy'' de muchas cosas: puedo pasar de ser serio a no parar de hacer bromas, de ser el más responsable a pasar absolutamente de todo, de ser solitario a necesitar una constante compañia. Esto hace que a mucha gente le cueste encasillarme dentro de un perfil, y que algunas veces no sepan como describirme en algunos aspectos. Esto me gusta y no me gusta a la vez (¿veis?), a veces ni yo sé como reaccionaría ante una determinada situación. Durante este año me he dado cuenta del contraste que hay en mi, y ha hecho que me pregunte si esto es algo bueno o malo. No he llegado a ninguna conclusión todavía, y no sé si lo haré. Supongo que a muchos de vosotros os pasará igual o alguna situación parecida.
Pero como dice la canción de Iggy (oh como me gusta Iggy) ''My world'': the world is yours, que se jodan los que quieren encasillarte.